Las Trampas Mentales del TDAH

Estoy leyendo un libro nuevo que me tiene atrapado.

No es que sea súper entretenido, ni mucho menos fácil de leer…

Al contrario, es bastante técnico y el tono es decididamente académico.

La razón por la cual me ha gustado tanto, es que aporta nuevas luces sobre un fenómeno misterioso y desconocido en el TDAH del adulto…

El rol de la COGNICIÓN (fancy term psicológico para decir: “pensamientos”)

El libro en cuestión es: “Rethinking Adult ADHD: Helping Clients Turn Intentions Into Actions”, escrito por mi colega Russell Ramsay.

La “c” Chica de la CBT

Ya se ha establecido de forma muy clara que la terapia cognitivo-conductual es la más efectiva para el TDAH del adulto.

En inglés: Cognitive Behavioral Therapy (o CBT).

El eje central de la terapia es el cambio conductual (o sea la “B” de Behavioral)…

Tiene lógica si tomamos en cuenta que los principales problemas que enfrentan los adultos con TDAH tienen que ver con “impedimentos funcionales”, es decir obstáculos -muchas veces enormes- para sacar adelante lo que tienen que hacer en su trabajo y en su vida personal… día tras día.

¿Qué tipo de impedimentos son esos?

Cosas como:

• olvidar compromisos,
• llegar atrasado a las reuniones o citas,
• procrastinación crónica,
• vulnerabilidad frente a las distracciones más insólitas
• y reacciones emocionales -a menudo desproporcionadas- frente a situaciones complejas…

¿Cuál es el denominador común?

En todos los ejemplos estamos hablando de conducta.

Cosas que hacemos… o que no hacemos… y que tienen consecuencias negativas para nuestra vida.

Por eso en los modelos iniciales de terapia -que yo comencé a aplicar en mi consulta privada desde el 2008- se le daba mayor énfasis al componente conductual.

En cambio, la cognición (la “C” en CBT) era relegada a un rol relativamente secundario en la terapia… (por ejemplo: si habían pensamientos negativos asociados a una posible depresión, se recomendaban técnicas de “re-estructuración cognitiva”).

Por eso el Dr. Ramsay dice que la CBT para TDAH era en sus inicios cBT (con “c” minúscula).

Not anymore…

Ligamentos mentales

A partir de una serie de estudios que se han venido realizando en los últimos años, se ha visto que la cognición juega un rol mucho más importante en el TDAH del que creíamos…

Mira.

Según el Dr. Ramsay (y yo estoy 100% de acuerdo) la meta de la terapia para adultos con TDAH sigue siendo el cambio conductual…

El objetivo es ayudar a los pacientes a incorporar estrategias y hábitos que los ayuden a realizar eso que saben que tienen que hacer para lograr sus metas… cuando tienen que hacerlo.

Nada fácil cuando tienes TDAH… ¿verdad?

Claro, porque como dice el otro Russell del TDAH, el Dr Russell Barkley:

El TDAH no es un trastorno del conocimiento, es un trastorno de la ejecución”

Russel barkley pHD.

Es decir, no es que no sepamos lo que tenemos que hacer, es que no logramos convencernos de hacer eso que sabemos que tenemos que hacer, en el momento oportuno.

¿Te suena?

Aquí un ejemplo.

Me había propuesto escribir esto hace al menos un par de horas, pero recién comencé hace 20 minutos, porque encontré otras cosas que parecían ser súper importantes y urgentes de atender… ANTES de ponerme a trabajar.

¿Qué sucede en ese momento en que decidimos postergar, por la razón que sea, eso que sabemos que tenemos que hacer?

¡Ajá!

Ese momento, que el Dr. Ramsay llama el “point of performance” (POP) ocurre en un intervalo de pocos segundos, que existe en la brecha entre la intención y la acción.

Por ejemplo, ¿Cuántas veces te ha pasado que teniendo la intención de hacer ese algo que tienes que hacer… justo antes de pasar a la acción, algo sucede que te frena… y sin saber cómo, luego te das cuenta que se te pasaron horas haciendo cualquier otra cosa?

Varios estudios recientes han ido iluminando lo que sucede en ese instante… y tiene TODO que ver con la “C” de CBT, es decir la COGNICIÓN.

¿Cómo funciona?

Es simple, aunque no fácil de detectar:

Resulta que los pensamientos funcionan como una especie de “ligamento” entre la intención y la acción…

Y dependiendo del tipo de pensamiento que pase por nuestra mente en ese intervalo (el POP), va a ser más probable… o menos probable que pasemos a la acción.

Y aquí es donde tenemos que revisar el concepto de las trampas mentales.

Distorsiones cognitivas en el TDAH

El concepto de distorsiones cognitivas proviene del trabajo pionero de Aaron Beck, el padre fundador de la terapia cognitivo-conductual.

El Dr. Beck era psiquiatra y aplicaba el método psicoanalítico con sus pacientes con depresión (que era lo que se usaba en los 50s y 60s, que fue cuando él recibió su entrenamiento clínico).

La cosa es que con el tiempo se dio cuenta de que los pacientes tenían ciertos pensamientos negativos, bastante recurrentes, que de una forma u otra distorsionaban su percepción de la realidad.

A diferencia de los conflictos inconscientes, incrustados en las profundidades del aparato psíquico (que eran el blanco del psicoanálisis à la Freud), estos pensamientos estaban “en la superficie”… perfectamente visibles para el paciente y el terapeuta.

¿Qué tipo de pensamientos son esos?

Cosas como:

“el Dr. Beck debe pensar que soy un caso perdido”… “no tengo esperanza de poder mejorar”… “el futuro no me depara nada bueno”…

Es decir, toda la amplia gama de pensamientos negativos sobre el mundo, el sí mismo y el futuro, que suelen enquistarse en la mente de las personas con depresión.

Al analizar este fenómeno más de cerca, el Dr. Beck se dio cuenta de que habían ciertas categorías comunes de pensamientos negativos en sus pacientes.

He aquí algunos ejemplos de :

• Pensamiento blanco/negro (o todo o nada): “Si no logro terminar TODO el proyecto hoy, mi día no habrá servido para nada”
• Debería (usar lenguaje auto-crítico que pone toda la presión en nosotros mismos): “Debería haber logrado mejores resultados a estas alturas”.
• Sobre-generalización: “Nunca…”, “Siempre…”, “Todos…”
• Magnificación y minimización (magnificar lo negativo, minimizar lo positivo): “Solo completé una tarea pendiente”
• Adivinación del futuro: “Me van a despedir”
• Comparación (comparar una parte de tu performance o situación con la de otra persona, sin conocer todos los detalles, de forma que tu situación o performance se ve peor) “Todos mis compañeros de trabajo tienen mejor desempeño profesional que yo”
• Catastrofización (combinación de adivinación y pensamiento todo o nada, exagerar las cosas fuera de toda proporción): “Este lunar seguro que es cáncer, voy a morir pronto”
• Etiquetar: “Soy un fracaso”… “Soy un desastre”
• Descalificar lo positivo: “Me fue bien en la prueba pero fue pura suerte”

Si te fijas, estos pensamientos son bastante comunes y en mayor o menor medida todos los hemos tenido en distintos momentos…

No se trata de alucinaciones o delirios, no son pensamientos completamente desconectados de la realidad…

Más bien son interpretaciones y juicios muy rápidos que la mente hace de forma automática para evaluar una situación y decidir qué hacer.

Ahora, por “normales” y comunes que sean, no dejan de tener una influencia en nuestra mente, emociones y nuestra CONDUCTA.

¡BAM!

Ahí está el quid del asunto.

Imagina el siguiente escenario:

Decido comenzar a trabajar en algo difícil (como escribir este post, por ejemplo) y en el POP aparece el pensamiento:

“Esto me va a tomar demasiado tiempo”

Y luego surgen sensaciones de incomodidad (asociadas a la emoción de agobio, que apareció de la mano con el pensamiento)…

y luego aparece otro pensamiento:

“tal vez sería mejor hacer esta otra cosa importante, aunque no tan urgente, como revisar y responder emails, y luego, más tarde, cuando las condiciones sean más propicias, ponerme a escribir”

¿Te suena familiar?

…

En resumen, para mí ha sido una verdadera revelación todo este asunto de las distorsiones cognitivas en el TDAH…

He comenzado a verlas aparecer como mala hierba en cada momento en que debo pasar a la acción en tareas difíciles…

Lo que antes era una sensación amorfa y difusa de resistencia, ahora está revelando un ingrediente claramente mental, bajo la forma de imágenes y diálogo interno, susurrando de forma casi imperceptible que no es el mejor momento para comenzar la famosa tarea.

Es lo que Russell Ramsay llama: “front-end perfectionism”… (para diferenciarlo del perfeccionismo clásico en que la preocupación se relaciona con dudas sobre la capacidad de producir un resultado óptimo).

El perfeccionismo de “antes de comenzar” (así lo vamos a traducir) es básicamente la creencia de que necesito estar al 100% de mis capacidades cognitivas, emocionales y espirituales para siquiera comenzar a pensar en ponerme a trabajar.

Y se ha visto que es una de las distorsiones cognitivas más frecuentes en los adultos con TDAH.

¿Cuál es el problema?

Que estos pensamientos suelen dar paso a otros pensamientos…

“Permission-giving thoughts” (O sea, “pensamientos permisivos”)

Y esos son los pensamientos que “justifican” las conductas de escape y evitación (frente a la tarea difícil) clásicas en los adultos con TDAH.

Ejemplo:

“Como no me siento en óptimas condiciones para comenzar, mejor primero voy a meditar (para lograr mayor foco y equilibrio emocional), realizar 4 rondas de ejercicios de respiración de Wim Hof (para activar el sistema simpático y tener más energía), salir a andar en bici 1 hora (para elevar niveles de endo-canabinoides y BDNF en mi cerebro) y finalizar con ducha fría para potenciar la dopamina y la motivación”

Si te fijas, la lógica de este plan no es descabellada… de hecho hay buena evidencia científica en cuanto a la utilidad de hacer cada una de esas prácticas.

¿El problema?

¡Cuando hago todas esas cosas, me toma 3 o hasta 4 horas en total!

Way too much! ¿No crees?

¿De donde viene esta distorsión cognitiva del perfeccionismo de antes-de-comenzar?

De algo un poco más profundo.

La fábrica invisible de distorsiones

En el modelo de terapia cognitivo-conductual, los pensamientos automáticos negativos son la expresión “visible” de las creencias base (core beliefs) y los esquemas.

De ahí es donde surgen esas distorsiones cognitivas: de las creencias base y de los esquemas (que a su vez son “activados” por los eventos “allá afuera” (en este caso la tarea difícil).

Bueno. La hipótesis del Dr. Ramsay es que los adultos con TDAH tienen a la base una creencia de falta de confianza “auto-regulatoria”….

¿Qué significa eso?

No es falta de confianza en sí mismos o sus capacidades… (por ejemplo, yo no tenía duda alguna respecto de mi capacidad de escribir un post decente… y ya me dirás si estás de acuerdo o no).

Nope.

El problema no es ese…

El problema es la falta de confianza (mistrust) en la propia capacidad de llevar a cabo los pequeños pasos que hay que dar en el día a día, a lo largo del tiempo, para lograr la meta.

Y de ahí surge también una cierta imagen (creencia) de “insuficiencia”:

“No sé si tengo la suficiente energía, motivación, foco, inspiración, etc. para hacer esto que tengo que hacer, así que mejor voy a esperar hasta que todas las estrellas estén alineadas”

Invitación

Si leíste hasta aquí voy a suponer que el tema realmente te interesa… y que probablemente eres profesional de la salud mental.

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Y por mientras llega la hora de la clase, déjame tus comentarios abajo 🙂