Hoy les voy a contar una historia secreta. La historia de una de las consecuencias psicológicas del Déficit Atencional cuando -por la razón que haya sido- no fue diagnosticado en la infancia, pero de todas formas sus efectos se han dejado sentir, causando diversas dificultades y resultados adversos a lo largo de la vida
Si este es tu caso y no recibiste el diagnóstico hasta que ya eras grande, no te puedes perder lo que viene a continuación…
¿Qué historias te cuenta tu mente con respecto a tus problemas?
Como saben, mi tesis de pregrado consistió en una investigación cualitativa acerca de la subjetividad de adultos con ADHD recientemente diagnosticado. En este estudio, mis compañeros y yo, entrevistamos a personas que no habían recibido el diagnóstico en la infancia y les preguntamos acerca de todo lo que nos pudieron contar sobre el impacto que el ADHD no diagnosticado había tenido sobre sus vidas.
Uno de los descubrimientos que emergieron a partir del análisis de esas entrevistas y que para mí fue sumamente revelador es el siguiente:
Al no haber existido una explicación racional para la conducta de nuestros entrevistados durante su infancia, las familias de cada uno de ellos fueron “explicándose” esa conducta atribuyéndola a ciertas cualidades de cada uno de ellos y ellas. Así, ciertos adjetivos comenzaron a repetirse una y otra vez, en la narrativas familiares.
“¡Esta niñita pasa en las nubes!”…”Es que es distraída, igual que su papá”
“¡Este niño no puede estar quieto ni un segundo!” … “Es que es muy desordenado”
“¡María no sabe ni dónde deja su cabeza!” … “Es que es demasiado olvidadiza“
Las cursivas no son porque sí… Si te fijas, las “explicaciones” encontradas implican la atribución de una característica X como parte de la identidad de la persona (y podemos sumar una serie de otras características mencionadas: flojo/a, irresponsable, volado/a, inconstante, no se pone las pilas, inmaduro/a).
Algo que la mente de quien escucha esas afirmaciones puede resumir en la siguiente fórmula:
Yo = Problema
Si el problema eres tú mism@, ¿qué solución nos queda?
Es por esto que muchos adultos con ADHD no diagnosticado acarrean una pesada carga de desaliento y auto-reproche, ya que a partir de la escucha ininterrumpida de críticas y desaprobación por parte de sus familias, profesores, amigos y parejas, esas características negativas han sido incorporadas a su identidad irremediablemente.
Desmantelando la narrativa
Por una parte, luego del diagnóstico, muchos adultos con ADHD por fin encuentran una explicación sólida que da cuenta de sus muchas dificultades y que va más allá de las evaluaciones morales que encierran las historias acerca de su “flojera” o de “falta de fuerza de voluntad”. No obstante, suele suceder que las historias escuchadas y repetidas durante tanto tiempo, sigan ahí, dando vueltas por la mente y asomando su fea cabeza toda vez que las cosas salen mal.
Así, ante el primer retroceso o dificultad, no es de extrañarse que aparezcan pensamientos como “¡de nuevo lo mismo!… ¡no hay caso conmigo!… ¡¡¡no tengo remedio!!!”.
¿Qué hacer al respecto?
El impacto que las narrativas familiares y sus significados tienen sobre la identidad de cada uno de sus miembros, ha sido durante mucho tiempo el eje central de los enfoques narrativos y posmodernos en terapia familiar. Diversos autores, han desarrollado técnicas con las cuales desmantelar las narrativas familiares negativas, para permitirle a la persona “reescribir su vida”, desmarcándose de las “historias dominantes” que obstaculizan su superación. (De estos terapeutas, mi favorito es Michael White, autor junto a David Epston de Medios Narrativos para Fines Terapéuticos, y de Maps of Narrative Practice).
Durante un tiempo, estuve utilizando algunas de estas técnicas con mis pacientes para ayudarlos a liberarse de las etiquetas y atributos negativos que eran resultado de las narrativas construidas a partir de sus problemas con el ADHD cuando todavía no sabían que éste era el origen de sus dificultades. En muchos casos, las técnicas narrativas fueron de gran ayuda para este propósito, pero hoy he encontrado un enfoque que encuentro mucho más potente.
Relational Frame Theory (una teoría científica del lenguaje y la mente)
Si leíste mi post anterior, sabrás que estoy estudiando y practicando un nuevo tipo de terapia llamada ACT (Acceptance and Commitment Therapy) y que pienso que puede ser una alternativa muy potente para trabajar con los problemas que el ADHD impone en tu vida diaria.
Para el tema que nos interesa en este post, la teoría científica que da sustento a ACT (la Relational Frame Theory) explica algunos de los mecanismos por medio de los cuales se consolidan las historias que nos han contado (y que nuestra mente nos sigue contando) respecto a las causas de nuestro comportamiento, las razones por la cuales hacemos o dejamos de hacer tales o cuales cosas, etc., etc… (Voy a intentar hacer un esbozo ultra resumido de lo que he estudiado hasta ahora al respecto).
La RFT es verdaderamente alucinante ya que consiste en un programa de investigación en ciencia básica (de laboratorio) acerca del lenguaje y la cognición humana. Un programa de investigación que lleva 30 años desentrañando los misterios de los símbolos verbales que utiliza la mente para la comunicación con los demás y con nosotros mismos.
En primer lugar, las narrativas y las historias están hechas con palabras, sin lenguaje hablado no se pueden contar historias…
Pero… ¿qué es una palabra? y ¿cómo adquiere su significado?
El elemento más sorprendente del lenguaje es su arbitrariedad.
¿En qué se parece la palabra “GATO” a este animalito?
…
Tienes razón… en NADA.
Los símbolos (hablados y escritos) del lenguaje son totalmente arbitrarios.
Entonces, los significados de las palabras, son el resultado del entrenamiento social que tiene lugar durante muchos años a lo largo del desarrollo del niño, en su familia y su cultura. Y estos significados, asociados a tales y cuales palabras y conceptos, son lo que finalmente da forma a los contenidos de su mente.
Piensa en un niño que está aprendiendo a hablar. Muchas veces se le pregunta: “¿por qué hiciste eso?”, a lo que el niño muchas veces responderá, con total honestidad, “no sé”… o “porque sí”. Típicamente este tipo de respuesta no es bien recibida por los adultos, que, con el ceño fruncido insistirán: “¿pero por qué lo hiciste?”. El resultado es que el niño pronto aprenderá que una respuesta socialmente aceptable requiere de “buenas razones” y argumentos lógicos que den cuenta de sus motivos para determinadas conductas.
Es ahí cuando la mente comienza su incesante trabajo de análisis, razonamiento lógico y construcción de historias coherentes.
Y así, antes de que nos demos cuenta de cómo sucedió, nuestra mente está lista para responder toda clase de preguntas acerca de nosotros mismos, nuestra conducta, nuestras motivaciones y emociones y sentimientos con toda suerte de bonitas (y a veces no tan bonitas) historias y narrativas que cuentan quienes somos y porqué somos así.
Como dicen Efran, Lukens y Lukens, en su libro de 1992 “Lenguaje, estructura y Cambio”:
“Los seres humanos son cuentistas incorregibles y hábiles, que tienen la costumbre de convertirse en las historias que narran. Mediante la repetición, las historias se consolidan en realidades, y a veces encierran a los cuentistas dentro de los límites que ellos mismos han ayudado a crear”
Cuando tú eres el contexto en el cual se despliegan las historias que tu mente fabrica
Ya. Si me has seguido hasta acá, es el momento de ver cómo fugarse de la prisión narrativa que las consecuencias de tu ADHD han escrito a lo largo de tu vida.
Uno de los conceptos centrales en ACT es lo que se conoce como “Self as Context”.
Se trata de tomar cierta perspectiva desde la cual contemplar tu propia vida, tus recuerdos, sentimientos, pensamientos, historias, sueños, etc… Es un lugar desde el cual poder salirse de la historia y dejar de repetirla como si fueras Bill Murray en “El Día de la Marmota” (también conocida como “Hechizo del Tiempo”). (Si no la has visto… deja de leer este post y anda a verla AHORA!)
Para que veas en qué consiste la perspectiva del Self as Context vamos a realizar un pequeño ejercicio experiencial:
¿Estás dispuest@? (Si es así, date por lo menos un par de minutos para ir llevando a cabo cada uno de los pasos del ejercicio).
Bien… vamos entonces:
- Detente un momento y presta atención a la primera sensación que surja en tu cuerpo. Obsérvala con curiosidad y una vez que la hayas reconocido deja que tu atención se pose en cualquier otra sensación que aparezca, y la siguiente… y la siguiente.
- Ahora mira a tu alrededor y reconoce el lugar en el que te encuentras. Observa los colores, las formas y los objetos que te rodean.
- Ahora intenta recordar un momento pasado de tu vida reciente y, cerrando los ojos, visualiza la escena con la mayor nitidez posible.
- Repite lo anterior, pero con un recuerdo de tu niñez.
- Presta atención a ver si notas la presencia de alguna emoción. Fíjate en qué parte del cuerpo la sientes y cómo es…
- Ahora presta atención al primer pensamiento que pase por tu mente. Puedes cerrar los ojos para escuchar con más claridad lo que tu mente tiene para decirte en este momento…
- Observa si puedes notar un sentido de continuidad en todo este proceso.
¿Listo?
Preguntas:
¿Qué es lo único que ha permanecido constante durante todo el ejercicio?
¿Qué es lo que se ha mantenido constante a lo largo de los distintos momentos y experiencias de tu vida?
¿Quién observaba estas sensaciones, imágenes y recuerdos?
¿Puedes sentir la constancia y continuidad de esa perspectiva desde la cual has sentido y vivido todos los momentos de tu vida?
…
Las historias que tu mente construye, y que a su vez han sido construidas a partir de lo que otros han contado acerca de ti durante toda tu vida, no son más que eso: narrativas y conexiones arbitrarias a partir del lenguaje, pero que no alcanzan a tocar esa dimensión de tu ser en que asumes la perspectiva desde la cual observas todas tus experiencias (a veces, a esta perspectiva también se le llama “El Observador”).
A partir de tu experiencia entonces (y no simplemente porque yo lo diga), ¿puedes distinguir entre los contenidos de tu experiencia (sensaciones, pensamientos, emociones, recuerdos, imágenes) y el contexto en el que se despliegan?
Tú eres ese contexto.
Para terminar cito a la gran Virginia Satir:
We must not allow other people’s limited perceptions to define us. (No debemos dejar que las percepciones limitadas de otras personas nos definan).
A lo que yo agregaría, tampoco debemos dejar que las historias que cuenta nuestra mente sobre nosotros mismos nos limiten en nuestro potencial.
Y sin embargo, basta con prestar atención al incesante trabajo de la mente, que como una araña va tejiendo su tela de significados en torno a las historias que ha construido sobre tu vida y tu identidad. Ahora bien, las historias en sí no tienen nada de malo, las narrativas son sólo una manera de ordenar el mundo y la realidad de modo que tu historia tenga continuidad y también para facilitar la comunicación.
El problema surge cuando perdemos de vista que la historia no es más que eso… un relato, es decir una manera de hilvanar los hechos que resulta coherente y lógica… Y el problema se agrava cuando los significados de la historia van en detrimento de tus posibilidades, limitando tu vida… y la verdadera dificultad estriba en el hecho de que la mayor parte del tiempo no hay espacio entre la historia como tal y nuestra identidad (lo que en ACT se conoce como fusión con el Yo-conceptualizado, es decir el yo construido a partir de la historia).
Ya veremos más adelante que es esto de la fusión y cómo contrarrestarla, pero por ahora, te tengo una tarea:
La próxima vez que tu mente te diga: “no puedes hacer eso por que eres así o asá”, o “porque antes ya lo intentaste y no lo conseguiste”, te invito a develar la historia que se oculta detrás de esos pensamientos y a observarla con curiosidad (¿es una historia nueva o antigua? ¿cuándo la escuchaste por primera vez? ¿es una historia que se ha contado muchas veces en tu familia? ¿conoces a alguien que la pondría en duda?).
Una vez identificado el argumento de la historia, deja que tu mente siga entretenida en lo que mejor sabe hacer, mientras tú vuelves al momento presente y sigues adelante en la dirección (cualquiera que esta sea) que hayas elegido para tu vida.
patricio el que quiere ser sabio says
Gracias Por toda tu investigación Juan Samuel has sido una gran pilar en mi vida y un ayudador increible, gracias por tu amor.
Por suerte o no se qué, no tengo el problema de autoflajelarme porque si diera paso a esas historietas que siempre me contaron de mi …. estaría ahorcado hace rato.
La psicolgía gestalt, la PNL, el acercarme al budismo, el leer los evangelios y los proverbios de la biblia ha hecho de este simple humano, un hombre que comprende su deficit como un desafio constante mas que una carga….. gracias por dar luz.
Juan Sangüesa says
Hola, Patricio.
Me alegra saber que las historias que contaban acerca de ti no han logrado detenerte.
Me gusta la gestalt (de hecho recibí entrenamiento en técnicas gestalticas durante un año). ACT también usa algunas de estas técnicas “experienciales” para ayudar a las personas a contactarse con el momento presente y salirse de sus mentes para observar con mayor claridad lo que sucede.
pedro poblete says
gracias,pero muchas gracias.
Juan Sangüesa says
De nada, Pedro. Qué bueno que te gustó el post!
Carolina Leiva says
Gracias Juan por este nuevo Post!
Es muy cierto lo que publicas aquí, cuántos años pasé entrampada en aquellos apelativos que escuché con respecto a mi persona: “floja”, “desordenada”, “despreocupada”, “despistada”, “tonta”, “no vas a ser capaz”, “torpe”, y un largo etc,
Siempre los creí porque les encontraba sentido, efectivamente no hacía las tareas, no me peinaba, no atendía en clases, andaba en las nubes, perdía y pierdo todo, etc, etc.
Sin embargo después de darme cuenta que padecía D.A. todo cambió, recién me di cuenta que había una relación, y que podía darle un sentido, tratando de mejorar lo que se puede mejorar y explotando aquella potencialidad o aspectos interesantes que surgen en mí en algunos momentos.
Aparte de leer tus post, estoy leyendo sobre D.A. en niños, porque en mi infancia no hubo tratamiento, y he encontrado varias respuestas. Yo sé que no puedo volver al pasado, pero me doy cuenta que a pesar de ser adulta, aún hay una zona “Niño” en mi cerebro que reacciona a otros estímulos.
Es interesante ir descubriendo todo esto, porque he ido rompiendo esos paradigmas mentales que han obstruido mi camino, sin embargo el desánimo a veces me gana!
Gracias por todo,
Nos vemos,
Juan Sangüesa says
Hola, Carola.
Me gustó eso que compartiste respecto a que a partir del diagnóstico tu historia se ordenó de otra manera y pudiste prestar atención a otros y novedosos aspectos de tu experiencia.
Desde el punto de vista de ACT, justamente es el apego con la identidad que emana de la historia lo que dificulta el apreciar y descubrir otras dimensiones de nosotros mismos.
El trabajo del Self as Context se apoya mucho en la práctica de mindfulness, ya que adoptar la perspectiva del contexto en que la mente hace lo suyo (contar historias en este caso), exige permanecer conectados al yo/aquí/ahora de la experiencia.
Marga says
Gracias!
Juan Sangüesa says
Encantado!
Saludos
😉
Manuel Villagra says
Estimado Doctor,
Hace mucho tiempo que nos vemos y es grato que todavía sigue en la lucha en este tema sin fin del ADHD. Respecto a lo anterior, solo me queda preguntar de ¿como dejar a la mente entretenida en lo mejor que sabe hacer, mientras que volvemos al presente para seguir en la dirección que hemos elegido?, siendo que el problema está en nuestra mente, es muy fácil que nos engañemos. En pocas palabras ¿es posible engañar a nuestra mente siendo que somos uno?, hasta lo que escribo sale del mismo lugar (espero me entienda). De igual forma le estoy muy agradecido por los consejos para mejorar nuestra calidad de vida.
Juan Sangüesa says
Hola, Manuel
¡Excelente pregunta!
Creo que este punto es crucial para el tipo de entrenamiento mental que implica la terapia de Aceptación y Compromiso.
Se trata virtualmente de una paradoja, ya que para poder siquiera hablar (o escribir en este caso) de estos temas, tenemos que recurrir al lenguaje simbólico, que es la materia prima de la cual está constituida la mente.
Entonces, en este enfoque básicamente estamos usando la mente para liberarnos de la cárcel en que ella misma se ha transformado.
Esto es muy difícil de lograr usando sólo la lógica y el análisis (lo que en ACT se conoce como “el modo de la mente de resolución de problemas”) y hay que recurrir a otros modos de contactar la experiencia.
Por eso, en ACT se trabaja mucho con ejercicios experienciales en sesión, metáforas, y mindfulness.
En particular, encuentro que los ejercicios de mindfulness pueden ser muy potentes para comenzar a reconocer el funcionamiento automático de la mente y lograr la distinción entre sus contenidos y quien se da cuenta de ellos en un momento dado.
He aquí un ejercicio básico de mindfulness de la respiración que sirve además como entrenamiento de la atención sostenida (2 beneficios por el precio de uno… ¿qué tal?).
http://deficitatencionaladulto.cl/blog/?p=881
Una vez realizado el ejercicio, la pregunta es: ¿Quién se dio cuenta que la mente se había distraído con un pensamiento cuando esto ocurrió en el medio del ejercicio?
Jonathan Padilla says
Al leer tus publicaciones, fuera del sentimiento de gratitud, también me embarga un sentimiento de “envidia sana”, se nota tu amor y vocación por lo que haces, por tu trabajo y por buscar nuevos caminos para poder hacer que el camino de las personas que de alguna u otra forma padecen de síndromes cognitivos tengan herramientas para enfrentar de una manera mas eficaz sus quehaceres diarios.
Lo otro es que es indispensable que existan dentro del sistema educativo alguna forma de evaluar el DA en los niños al menos antes de entrar a la enseñanza media.
Saludos y muchísimas gracias por tu trabajo!
Juan Sangüesa says
Gracias por tus palabras, Jonathan.
Me alegra que estos posts (a veces tan largos) que escribo logren provocar emociones. Esa envidia sana es un cumplido para mí!
😉
Saludos
Ana says
Gracias Juan! Yo soy madre de 2 adolescentes con DA, todo esto me ayuda para que sus historias,al menos en el hogar, no estén llenas de reproches (lo que es difícil con los profesores del secundario). A la vez que tratamos de reforzar sus talentos y de mostrarles cuán valiosos son, (el problema que sus talentos no son reconocidos por los demás)
Juan Sangüesa says
¡Así se hace, Ana!
¡Sigue adelante con eso!
Nunca hay que dejar de apoyar y alentar a los hijos.
Hay que transformarse en su Cheerleader de por vida, no importando la variabilidad de sus resultados en las distintas empresas que acometan
Carmen Amy says
Gracias por la dedicación a este tema. Estoy tratando de ayudar a mi hija que recientemente le diagnosticaron ADD. Hoy tiene 22 años. Como dicen “es la luz de mis ojos”. La llevé a no sé cuántos profesionales (psicólogos y hasta psiquiatras pediátricos) y no encontraban nada. Incluso llegaron a sugerir (aunque muy tímidamente) que el problema era yo. Fue muy difícil el desempeño académico. Hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos para que saliera adelante. Entró a la Universidad (a la mejor de nuestro país) por sus propios méritos pero los problemas han seguido. Es muy lamentable que muchos profesionales de la salud y la conducta no conozcan (ni siquiera más o menos) esta condición. Yo sabía que a mi hija le pasaba “algo” pero no podía definir qué era. No podía entender por qué le costaba tanto estudiar. Confieso que en unos momentos pensé que podía tener algún rezago intelectual. Le administraron dos pruebas psicométricas (con un par de años entre una y otra y por distintas profesionales que no se conocían entre sí (doctoras psicólogas) y el resultado fue básicamente el mismo: IQ de 129 y 130. Hoy estoy tratando de que mi hija comprenda el alcance de esta condición y que las dificultades durante todos estos años, que estoy segura afectaron su estima, nada tienen que ver con sus capacidades intelectuales. Tratar de recomponer las secuelas de tanto daño no es tarea fácil. Sólo espero que Dios y profesionales como usted nos ayuden. Gracias.
dario says
hola , me gustaria saber si existe algun centro de tratamiento en chile para este problema .
gracias.
Juan Sangüesa says
Nosotros ofrecemos tratamiento integral (médico y psicológico) para el Déficit Atencional en nuestra consulta privada de Santiago.
Pero también hay otros médicos especialistas (psiquiatras y neurólogos) en diversas clínicas y centros de salud mental.
Andres says
Estimado Juan, muchas gracias por tu información! Espero ponerla en práctica ya que reconozco muchos de los síntomas en mi.
Te quisiera comentar que desde que comencé a trabajar, he tenido seguidamente episodios de desmotivación que me ha llevado a cambiarme de áreas y trabajo constantemente, empiezo muy feliz y luego empiezo a desmotivarme, a cuestionar todo, a aburrirme y por supuesto es una lucha diaria para mi hacer el trabajo que debo hacer ya que debo luchar constantemente con las distracciones, con mi concentración, con mi memoria, a pesar de que por dentro quiero ser el mejor de mi actividad pero no lo logro. Me desmotivo y me deprimo a pesar de que siempre he estado en buenos ambientes laborales que cualquiera quisiera tener.
Hace tres meses entré al area que siempre he querido de la empresa, comencé feliz y hoy ya quiero irme o arrancar, la misma historia, se me hace insoportable (como siempre me ha sucedido, esperanzado cada vez menos en que en otro lugar seré feliz con mi trabajo). ¿Tendrá esto relación con ADHD? Es posible superarlo?
Espero puedas responder mi inquietud ya que estoy muy deprimido y no soporto la idea de tener que estar así por 30 años mas.
Muchas gracias de antemano y felicitaciones por tu blog.
mc says
Doctor,encuentro qué es un gran aporte,para todos los adultos,que tenemos esta condición,qué sólo se atribuye a los niños.
Recordando mi época de colegio,fui siempre una de las primerasmcon mucho esfuerzo y persevarancia y la ayuda de mis padres,qué me enseñaron a estudiar,no fui desordenada,pero sí me costaba mucho las matemáticas,lo lógico.Ahora entiendo,por qué me demoraba en estudiar,lo hacía más qué el resto,lo mismo ocurrió en la Universidad,donde no tuve casi fin de semana,mi vida ha sido estudiar.
Leyendo sus artículos ,a mi me stresa,mo cumplir las tareas,siempre me queda algo pendiente y cuando las cumplo,estoy satisfecha con migo misma,al resto de la gente le da lo mismo.Es lo anterior,una característica asociada al déficit.
Lo qué más me cuesta es fijar la cantidad de tareas,y su tiempo .¿Cómo lo hago?
muchas gracias por ser una ayuda,me gustaría saber qué opina del ritalín en los adultos,hay algún medicamento natural??
Juan Sangüesa says
Hola,
Calcular los tiempos que toman las distintas tareas es una habilidad que requiere de práctica. Justamente estoy preparando un artículo al respecto así que te invito a permanecer atenta.
Mi opinión con respecto a los fármacos es que cuando funcionan son muy útiles, pero lamentablemente no siempre funcionan. Hay personas que no pueden o no quieren tomar este tipo de medicamentos por distintas razones (a veces les causan efectos secundarios desagradables y otras veces están contraindicados cuando existen otras condiciones que complican el manejo farmacológico).
Acá encontrarás más información sobre los fármacos y sus mecanismos de acción:
http://deficitatencionaladulto.cl/blog/?p=196
Es por esto que he dedicado mi investigación (de mi tesis de Magíster) al efecto que el entrenamiento en meditación mindfulness tiene en adultos con ADHD a nivel cerebral y de síntomas. Los resultados hasta ahora han sido muy positivos, pero aún no hemos terminado de analizar los datos. Apenas esté listo, voy a publicar acá mismo todos los detalles.
Por mientras, puedes averiguar más y comenzar a practicar acá:
http://deficitatencionaladulto.cl/blog/?p=881
Saludos!
Claudio says
Hola Juan, he tratado de leer todo lo posible en este interesante blog, pero la verdad los textos se me hacen infinitos a veces y termino leyendo algunas líneas de cada post sin llegar a obtener un beneficio real.
Es parte del déficit también esto de que tus ojos se posan en la primera línea pero tu mente ya llegó al final de la página?.
Lo que a mi me ocurre en concreto son tres cosas, la primer es obviamente los problemas para mantener la atención en una cosa a la vez, la segunda cosa es que tengo en mi mente (como si se tratara de una nube) MUCHA información, ideas de todo tipo relacionadas a mis hobbies o a mi trabajo, ideas para proyectos y cosas así, pero a pesar de que el sentimiento de “tener la idea clara” es permanente, la realidad es totalmente diferente- Ejemplo:
– Quiero emprender haciendo tours de pesca. En mi cabeza la idea está, llevarla al papel en un orden lógico que todos puedan entender…. imposible!!! no sé por donde empezar, no sé que es lo primero que debo escribir y cuando lo intento acabo haciendo otra cosa que me cause menos estrés.
Y los tercero y creo que es lo peor de todo, es que siento gran felicidad cuando se me aparece una de esas “ideas brillantes”, pero luego me pongo triste cuando me doy cuenta de que se me olvidó lo que era en concreto y solo me queda el sentimiento de que se trataba de algo bueno 🙁
De todos modos juan me parece notable lo que haces a través de este blog y espero poder lograr leer uno de tus post completo sin interrupciones.
Gracias